La Corona de Shavuot

Shavuot, la festividad que conmemora la entrega de la Torá en el monte Sinaí, es una noche impregnada de misterio, revelación y unión espiritual. Sin embargo, para la tradición cabalística, especialmente en las enseñanzas del Arizal tal como aparecen en Shaar HaPesukim, Shavuot es un momento cósmico en el que se activa una profunda dinámica entre los mundos superiores. Este día es escenario de un emparejamiento celestial particular, diferente al de otras festividades. ¿Qué significa esto y cómo nos involucra?

🌓 La diferencia entre Shabat, Rosh Jódesh y Shavuot

La Kabalá enseña que cada momento sagrado —Shabat, Rosh Jódesh, festividades— refleja un tipo distinto de conexión entre los mundos superiores, representados por las sefirot y por las entidades conocidas como Zeir Anpín (el “Rostro Pequeño”) y la Nukvá (la “Presencia Femenina”, o Maljut). En otras palabras, cada uno de estos días representa un tipo de emparejamiento o interacción entre las dimensiones masculinas y femeninas del cosmos.

  • Shabat es el dominio del aspecto masculino superior, conocido como Aba (el Padre, símbolo de Jojmá). En este día, la energía que fluye es una emanación directa desde Aba, lo cual produce una estructura de dominio masculino sobre lo femenino, representado por la forma del Nombre Divino en orden directo: י-ה-ו-ה (Yud-Hey-Vav-Hey).
  • Rosh Jódesh (principio del mes) es el momento donde predomina Ima (la Madre, símbolo de Biná), el aspecto femenino superior. Aquí se invierte el orden y se manifiesta una estructura diferente, con un empoderamiento de lo femenino, expresado en la alteración del orden de las letras del Nombre Divino.

Estos modelos no son meramente metafóricos. Para la Kabalá, se trata de estructuras reales de energía espiritual que descienden al mundo y determinan el tipo de trabajo espiritual que el ser humano debe realizar.

🌾 Shavuot: una noche de preparación y una mañana de unión

A diferencia de otras festividades, Shavuot no está regida directamente por el emparejamiento masculino (de Aba), sino por la acción de Ima (Biná), el principio femenino superior. En este sentido, todo lo que ocurre en la noche de Shavuot está relacionado con la preparación de la Matrona, es decir, con la rectificación y embellecimiento de la presencia femenina del mundo, conocida también como la Shejiná.

Este proceso es profundamente simbólico: durante la noche de Shavuot no se realiza ningún tipo de unión (ni física ni espiritual en el sentido de emparejamiento sefirotico), ya que la Nukvá —la presencia femenina— aún necesita ser purificada. En términos más técnicos, aún no ha descendido plenamente la luz para permitir esa unión.

Por esta razón, el Zóhar (como lo señala Rabí Shimón bar Yojay en la introducción al Génesis) enseña que en la noche de Shavuot no se duerme ni se tienen relaciones, sino que se estudia Torá intensamente. Esto no es solo una costumbre piadosa, sino una operación espiritual profunda: adornamos a la Matrona, le damos sus “joyas”, la preparamos para su encuentro con el aspecto masculino de la divinidad en la mañana.

Esta preparación culmina cuando, al amanecer, la Nukvá es “sumergida” (un término simbólico que alude a su purificación), y solo entonces se permite la unión con Zeir Anpín. Este emparejamiento no es producto de nuestras acciones directamente, sino de la acción de Ima superior. Es decir, la luz que se revela en Shavuot proviene de Biná, no de Jojmá.

🔥 El secreto del orden de los sacrificios y las palabras del versículo

En el texto de la Torá correspondiente a la ofrenda de Shavuot (Números 28:26), hay una anomalía significativa. Mientras que en otras festividades primero se menciona que los animales deben ser “sin mancha” y luego se da el mandato de ofrecerlos, en Shavuot ocurre lo contrario: primero dice “harás” (taasú) y sólo al final se menciona que sean “inmaculados” (temimim).

La Kabalá enseña que esto refleja un proceso único en Shavuot. El estado de perfección, de “inmaculados”, no está presente desde el inicio. Solo se alcanza después de que nosotros hemos hecho nuestra parte, es decir, después de haber pasado toda la noche embelleciendo y rectificando la presencia femenina a través del estudio de la Torá. Recién entonces, al amanecer, se revela el estado de pureza.

Esto también explica por qué no se menciona “además del holocausto continuo” (que representa la conexión con Aba). La energía de Shavuot no proviene de él, sino de Ima. Es una energía maternal, envolvente, fecunda, que desciende suavemente desde las alturas para otorgar comprensión, estructura y rectificación.

📖 La entrega de la Torá desde Ima

La Torá que se revela en Shavuot —según esta visión cabalística— proviene de Ima, no de Aba. Es decir, se trata de una Torá estructurada, comprensible, revelada en forma de palabras, leyes, conceptos. Aba representa un tipo de sabiduría que es como un rayo: súbito, inexpresable, abstracto. Ima, en cambio, construye esa sabiduría, le da forma, la vuelve “Torá escrita y enseñable”.

Por eso Shavuot está asociado a la comprensión (Biná) más que a la intuición (Jojmá). Es un día donde lo femenino se manifiesta no como receptora pasiva, sino como matriz de sabiduría. Es el día en que Ima actúa, y nosotros participamos adornando a la Matrona para que esté lista para recibir esa luz.

🕊️ Un día como Yom Kipur

Otra consecuencia de este modelo es que Shavuot, en ciertos aspectos, se asemeja a Yom Kipur. En ambos días, la tradición cabalística establece una abstinencia de relaciones, y esto no es por razones morales o ascéticas, sino porque se trata de momentos donde el alma y los mundos superiores están en una preparación, una gestación espiritual que exige pureza e introspección. El alma está más cerca de su fuente, más conectada a Ima, que está en proceso de vestirla, sanarla y elevarla.

✨ ¿Qué significa para nosotros?

En términos prácticos y espirituales, el mensaje del Arizal sobre Shavuot es poderoso:

  • La noche de Shavuot es una oportunidad de estudio y de embellecer a la Shejiná, de ser socios activos en el proceso de elevación del alma colectiva de Israel.
  • Nos recuerda que el acceso a la Torá no viene como un rayo repentino (como en el caso de Aba), sino como un proceso materno, paciente, donde somos preparados para recibir sabiduría con vasijas adecuadas.
  • Shavuot no es el final del camino de la cuenta del Omer, sino su culminación: el punto donde el alma femenina, que representa nuestro mundo, se une con lo divino en un estado de pureza y completitud.

En este día de Shavuot, recordemos que somos los hijos e hijas de una sabiduría materna que desea coronarnos con luz. Que la Ima Ilaá, la Madre Superior, nos conceda vasijas amplias y profundas para recibir la Torá en su forma más pura, y que nuestra preparación sea aceptada como una ofrenda sin mancha. 🌾📖🕊️

Shaar HaPesukim, Parashá Pinjás, según la traducción al español de Ediciones Reé, tomo 3, páginas 147-148.

Sumérgete en este viaje espiritual y sigue desentrañando los tesoros ocultos del Shaar HaPesukim. ¡Tu alma te lo agradecerá! 🌿📖

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