“El Melej Yoshev,” es una pieza clave de la liturgia de Selijot y está profundamente conectada con conceptos cabalísticos, particularmente relacionados con las sefirot y los atributos divinos de misericordia.
Explicación cabalística:
“אֵל מֶלֶךְ יושֵׁב עַל כִּסֵּא רַחֲמִים וּמִתְנַהֵג בַּחֲסִידוּת”
“Elohim, Rey, que se sienta en el trono de la misericordia y actúa con bondad”
Desde un punto de vista kabalístico, la referencia a “Elohim” es significativa. El nombre “El / Elohim” suele asociarse con la sefirá de Gevurá (fuerza o juicio). Sin embargo, en este contexto, el “trono de misericordia” alude a la manifestación de Jésed (bondad y misericordia) que modera el rigor de Gevurá. Este equilibrio entre Jésed y Gevurá es un principio fundamental en la kabalá, pues simboliza la manera en que Hashem modera el juicio con compasión.
La imagen de Elohim “sentado” también tiene un significado kabalístico, ya que en el Zóhar sentarse simboliza el acto de gobernar o juzgar con justicia equilibrada. En el “trono de la misericordia”, Hashem juzga con el atributo de Rajemim (misericordia), que se vincula con la sefirá de Tiferet, la armonización de la misericordia y el juicio.
“מוחֵל עֲונות עַמּו מַעֲבִיר רִאשׁון רִאשׁון”
“Perdona los pecados de Su pueblo y elimina la culpa, uno por uno”
Aquí, el perdón y la eliminación de los pecados reflejan la acción de las sefirot superiores en el árbol de la vida. Jojmá (sabiduría) y Biná (entendimiento) están involucradas en la capacidad divina de comprender las causas y el contexto de los pecados, lo que permite la liberación y el perdón. Además, Biná se asocia con la Teshuvá (arrepentimiento), un concepto clave en las Selijot.
El hecho de que Elohim “elimina la culpa, uno por uno” simboliza la rectificación de cada acción negativa a nivel individual, una idea que también aparece en la enseñanza cabalística de la corrección de los mundos rotos (Tikkun Olam). Cada pecado tiene su raíz en un defecto espiritual, y el perdón es parte de la restauración de la armonía cósmica.
“מַרְבֶּה מְחִילָה לַחַטָּאִים. וּסְלִיחָה לַפּושְׁעִים”
“Multiplica el perdón para los pecadores y el perdón para los transgresores”
En kabalá, el acto de multiplicar el perdón puede relacionarse con el flujo de energía divina desde los niveles más altos de las sefirot hacia los más bajos. Kéter (la corona) es la fuente de toda misericordia y perdón, y esta energía fluye hacia abajo, especialmente a través de Jésed y Tiferet, multiplicándose en todos los niveles de la creación.
“עושֶׂה צְדָקות עִם כָּל בָּשָׂר וְרוּחַ”
“Realiza actos de justicia con toda carne y espíritu”
Este verso introduce el concepto de Tzedaká (justicia o caridad), que en kabalá se ve como la manifestación práctica de la bondad divina. La Tzedaká es el acto de imitar a Hashem, extendiendo Su energía de bondad a todos los seres. La mención de “carne y espíritu” refleja la dualidad del ser humano, compuesto de cuerpo y alma, y la acción divina que abarca ambos aspectos.
“לא כְרָעָתָם לָהֶם גּומֵל”
“No recompensando a las personas según sus malas acciones”
Este verso recuerda que Hashem no actúa conforme a los principios estrictos de juicio (Gevurá), sino que mezcla misericordia con justicia. En el árbol de la vida, esto simboliza el flujo equilibrado entre Jésed y Gevurá, y cómo Hashem siempre inclina la balanza hacia la misericordia en lugar del castigo.
“אֵל הורֵתָנוּ לומַר מִדּות שְׁלשׁ עֶשְׂרֵה”
“Oh Elohim, nos has enseñado a recitar las trece cualidades”
Las “trece cualidades” mencionadas aquí son los 13 atributos de misericordia que Hashem reveló a Moisés, como se describe en Éxodo 34:6-7. En la kabalá, estos 13 atributos son expresiones divinas que permiten a los seres humanos conectarse con la infinita misericordia de Hashem. Cada uno de estos atributos tiene una relación con las sefirot y representa un canal de energía espiritual a través del cual la misericordia divina fluye al mundo.
“זְכר לָנוּ הַיּום בְּרִית שְׁלשׁ עֶשְׂרֵה”
“Recuerda hoy el pacto de las trece cualidades”
El concepto de “pacto” aquí es clave, ya que el pacto es un acuerdo espiritual entre Hashem y Su pueblo. En kabalá, este pacto se refiere a la conexión inquebrantable entre los mundos superiores y la humanidad. El recordar este pacto es un acto de reactivación del flujo de bendiciones desde las sefirot superiores hacia las inferiores.
“וַיֵּרֶד ה’ בֶּעָנָן וַיִּתְיַצֵּב עִמּו שָׁם”
“Y descendió YHWH en una nube, y se quedó allí con él”
Este verso, que describe la revelación de Hashem a Moisés, tiene profundas connotaciones kabalísticas. La “nube” simboliza los niveles ocultos de la divinidad, y el descenso de Hashem indica una manifestación de las energías divinas en el mundo físico. En la kabalá, este descenso es visto como un proceso de hitgalut (revelación) que permite que la humanidad perciba aspectos ocultos de la divinidad, especialmente a través de los 13 atributos.
En resumen, esta plegaria es una súplica profunda para activar las fuerzas de la misericordia divina a través de los canales espirituales descritos en la kabalá, vinculando el mundo inferior con los mundos superiores.
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