En la parashá de Kóraj, encontramos un episodio que revela profundas enseñanzas sobre la naturaleza del alma y sus reencarnaciones, un tema ampliamente desarrollado en el Shaar HaPesukim. Este texto nos ofrece una visión cabalística de la rebelión de Kóraj contra Moshé, explicando el trasfondo espiritual de este conflicto y cómo se relaciona con las almas de Hével (Abel) y Kayín (Caín).
Reencarnación y Gematría: Un Estudio del Alma
El texto del Shaar HaPesukim comienza con el versículo: “Kóraj, hijo de Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví, tomó.” (Bemidbar 16:1). Nuestros sabios, de bendita memoria, explican que “tomó” se refiere a que Kóraj “tomó el mal para sí mismo”, indicando una elección perjudicial que desencadenó su rebelión.
La reencarnación (gilgul) y la gematría (cálculo numérico de las palabras hebreas) son conceptos fundamentales en la Kabalá que nos ayudan a entender la naturaleza y el destino del alma. En el contexto de la parashá de Kóraj, estos conceptos nos permiten explorar la profunda conexión espiritual entre Moshé, Hével (Abel), Kayín (Caín) y Kóraj.
Reencarnación: Gilgul haNeshamot
Según el Shaar HaPesukim, Moshé era la reencarnación del Néfesh (alma) de Hével. Hével, el segundo hijo de Adán y Eva, fue asesinado por su hermano Kayín, y su alma contenía tanto chispas de bien como de mal. La rectificación de estas chispas es un proceso continuo a lo largo de las reencarnaciones de todos los que pertenecen a la raíz de esta alma llamada Hével.
Chispas del Alma: Nitzotzot
El Néfesh de Hével estaba compuesto por varias “nitzotzot” (chispas de alma) que incluían tanto elementos buenos como malos. El texto del Shaar HaPesukim nos dice que había 308 chispas malas y 37 chispas buenas en Hével. Este detalle es crucial porque nos muestra cómo las almas pueden estar mezcladas y cómo cada parte de estas chispas puede influir en las reencarnaciones futuras.
Moshé y Kóraj: Herederos Espirituales
Moshé, siendo la reencarnación del Néfesh de Hével, heredó las chispas buenas y las rectificó completamente, alcanzando un estado de pureza y bondad total. En contraste, Kóraj heredó las chispas malignas. La rebelión de Kóraj contra Moshé se entiende mejor al considerar que la maldad del Rúaj (espíritu) de Kayín se combinó con las chispas malignas de Hével en Kóraj. Esta combinación intensificó su naturaleza rebelde y maligna.
Gematría: El Lenguaje de los Números
La gematría es el método de atribuir valores numéricos a las letras hebreas, permitiendo interpretaciones más profundas de las palabras y nombres en la Torah. El nombre “Hével” tiene un valor numérico de 37, que corresponde a las 37 chispas buenas de su alma. Cuando sumamos las 308 chispas malas, obtenemos 345, que es la gematría de “Moshé”. Este cálculo sugiere que Moshé incorporaba y rectificaba tanto las chispas buenas como las malas de Hével, logrando una transformación completa. Mientras que Kóraj tiene una gematría de 308, lo cual refleja su conexión con las chispas malignas de Hével.
El Conflicto Espiritual entre Kóraj y Moshé
El conflicto entre Kóraj y Moshé descrito en la parashá de Kóraj no es simplemente una lucha de poder terrenal. Según el Arizal en el Shaar HaPesukim, se trata de una manifestación de un conflicto espiritual mucho más profundo, arraigado en la reencarnación de almas y su lucha entre el bien y el mal.
Moshé: La Rectificación del Néfesh de Hével
Moshé, considerado como la reencarnación del Néfesh (alma) de Hével (Abel), representa la completa rectificación y purificación espiritual. Hével, cuyo nombre tiene una gematría de 37, contenía tanto chispas de bien como de mal. Sin embargo, Moshé rectificó completamente estas chispas, alcanzando un estado de bondad absoluta. Esto se evidencia en la interpretación de Shemot 2:2, “Ella lo vio, y era bueno”, sugiriendo que Moshé había transformado todas las chispas en su alma en pura bondad.
Kóraj: La Manifestación del Mal
En contraste, Kóraj es la manifestación de las chispas malignas del Néfesh de Hével. La gematría de su nombre, 308, corresponde a las 308 chispas malas de Hével. Además, el Shaar HaPesukim explica que la maldad del Rúaj (espíritu) de Kayín (Caín) se combinó dentro de Kóraj como un Ibur (implantación temporal de un alma). Esta combinación intensificó su naturaleza rebelde y maligna.
La Sensación de Liberación de Kóraj
Cuando Kóraj percibió que el Rúaj de Kayín se había implantado en él, creyó que ya no estaba subyugado a la autoridad espiritual de Moshé. Hasta ese momento, se había sentido parte de la maldad redimida por Moshé y Hével, pero con la nueva influencia del Rúaj de Kayín, se consideró libre de esa subordinación. Este sentimiento de liberación fue lo que llevó a Kóraj a cuestionar la autoridad de Moshé y a reunir seguidores para desafiarlo.
El texto del Shaar HaPesukim lo describe así: “Este es el significado trascendental del verso: ‘Y Kóraj tomó’, ya que el verso no especifica qué tomó. Tomó el mal de la Rúaj de Kayín del lado del mal“. Este acto de “tomar” simboliza la adopción del mal y la negativa a reconocer la autoridad espiritual de Moshé.
La Rebelión Contra Moshé y Aharón
El sentimiento de emancipación de Kóraj culminó en una rebelión abierta contra Moshé y Aharón. Se juntaron contra ellos y les dijeron: “Toda la congregación es santa, y el Señor está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, se levantan ustedes sobre la asamblea del Señor?” (Bemidbar 16:3). Este desafío no solo cuestionaba el liderazgo de Moshé y Aharón, sino que también ignoraba la profunda rectificación espiritual que Moshé representaba.
La Comunidad de Hashem
En el Shaar HaPesukim, se ofrece una explicación profunda sobre la generación actual de Israel en el desierto, describiéndolos como “Kehal Hashem” (la comunidad de Hashem). Esta distinción es crucial para entender el contexto y la naturaleza del conflicto entre Kóraj y Moshé.
La Generación del Desierto: “Ramas” de Moshé
La generación anterior de Israel, que había salido de Egipto y posteriormente murió en el desierto, es descrita en la Kabalá como “ramas” de Moshé. Esto implica que espiritualmente estaban conectados y subyugados a la autoridad de Moshé, quien era considerado su líder y pastor designado por Hashem. El Shaar HaPesukim menciona: “El pueblo en medio del cual estoy, etc.” (Bemidbar 11:21), indicando que Moshé era el alma central de esta generación.
La Nueva Generación: Kehal Hashem
La generación actual, compuesta por los hijos de la generación anterior, es descrita como “Kehal Hashem”, una comunidad con una conexión directa y especial con Hashem. Esta generación no había experimentado directamente la salida de Egipto, pero se encontraba bajo la guía de Hashem en el desierto. Según el Shaar HaPesukim, estos individuos son del nivel de “Dáat de Rajél”, llamado también “Kuf-Lámed-Hey”, haciendo referencia a una mente más ligera o flexible, en comparación con la generación anterior.
El Argumento de Kóraj
Kóraj utilizó esta diferencia para argumentar en contra de la autoridad de Moshé. Él dijo: “Toda la congregación es santa, y el Señor está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, se levantan ustedes sobre la asamblea del Señor?” (Bemidbar 16:3). Básicamente, Kóraj estaba afirmando que, dado que esta nueva generación tiene una conexión directa con Hashem, no necesitan a Moshé como líder intermedio.
La Respuesta de Moshé
Moshé responde a este argumento explicando que la conexión con Hashem no anula la necesidad de liderazgo divinamente designado. El Shaar HaPesukim lo explica de la siguiente manera: aunque esta generación es llamada “Kehal Hashem”, Moshé sigue siendo su líder designado por Hashem. Él representa la combinación de los nombres divinos A”V (72) y Sa”G (63), y su liderazgo es esencial para guiar a la comunidad en su desarrollo espiritual y cumplimiento de la voluntad divina.
Significado de “Resh-Bet”
Kóraj menciona el término “Resh-Bet”, que tiene una gematría de 202, al referirse a Moshé y su autoridad. Él argumenta que Moshé solo tiene “Áyin-Bet” (72) y “Kuf-Lámed” (130), sumando 202, insinuando que esto no es suficiente para liderar la nueva comunidad que incluye los niveles A”V y Sa”G. Sin embargo, Moshé responde que su autoridad, representada por “Resh-Bet”, es esencial para la guía espiritual de la comunidad.
Conclusión General
El análisis cabalístico del Shaar HaPesukim sobre la parashá de Kóraj revela una dimensión profunda y rica del conflicto entre Kóraj y Moshé, más allá de una simple lucha por el poder. A través de la reencarnación (gilgul) y la gematría, se ilumina cómo las almas de Hével (Abel) y Kayín (Caín) reencarnaron en Moshé y Kóraj, respectivamente, simbolizando una batalla espiritual entre el bien absoluto y el mal no redimido.
Moshé, quien había rectificado completamente las chispas buenas de Hével, se destaca como una figura de bondad absoluta y liderazgo divino. En contraste, Kóraj, portador de las chispas malignas y la maldad del Rúaj de Kayín, se rebeló contra Moshé al sentirse liberado de su autoridad. Este conflicto no solo refleja una lucha de poder, sino una manifestación de profundas dinámicas espirituales y la lucha entre fuerzas opuestas.
La generación actual de Israel en el desierto, descrita como “Kehal Hashem” (la comunidad de Hashem), tenía una conexión directa con Hashem, lo que llevó a Kóraj a cuestionar la necesidad del liderazgo de Moshé. Sin embargo, la respuesta de Moshé subraya que el liderazgo divinamente designado sigue siendo esencial para la cohesión y desarrollo espiritual de la comunidad, independientemente de su conexión directa con lo divino.
En conjunto, este estudio cabalístico destaca la importancia de la estructura espiritual y el liderazgo en la comunidad de Israel. Nos enseña que, aunque cada individuo puede tener una conexión directa con Hashem, el liderazgo y la guía divinamente designados son fundamentales para mantener el orden, la rectitud y el crecimiento espiritual dentro de la comunidad.
Este análisis apenas roza la superficie de las enseñanzas profundas y reveladoras del Shaar HaPesukim. Sumergirse en el texto completo no solo enriquecerá la comprensión de estos conceptos cabalísticos, sino que también ofrecerá una visión más amplia y detallada de la sabiduría espiritual contenida en sus páginas.
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