🌟 En el tiempo de la lactancia, se revela un profundo proceso espiritual: así como una madre transforma su sangre menstrual en leche para nutrir a su hijo, las sefirot inferiores Hod, Yesod y Maljut, que en un principio eran juicios severos (dinim), pasan por un refinamiento para convertirse en alimento espiritual. Este proceso, comparado con la conversión de sangre (dam) en leche (jalav), permite que Ze’ir Anpin, una manifestación central en la estructura espiritual, se desarrolle plenamente. 🌸
📜 ¿Por qué 24 meses?
Cada una de las sefirot inferiores —Hod, Yesod y Maljut— requiere un periodo de 8 meses para ser refinada y endulzada. Esto suma un total de 24 meses necesarios para que los juicios severos, que inicialmente estaban presentes en estas sefirot, se conviertan en una fuente de nutrición espiritual. Durante este proceso, las sefirot se expanden, permitiendo a Ze’ir Anpin crecer en todos sus aspectos.
🔹 Hod (8 meses): Se incluye en las siete sefirot superiores y, al igual que ellas, requiere un periodo específico para alcanzar su refinamiento.
🔹 Yesod (8 meses): Al igual que Hod, su refinamiento se realiza gradualmente, permitiendo su integración y equilibrio.
🔹 Maljut (8 meses): Esta sefirá, que representa el aspecto receptor, completa el ciclo de refinamiento.
Durante estos 24 meses, las sefirot no solo son refinadas, sino que también se expanden y se multiplican, transformándose en seis emanaciones completas, dotando a Ze’ir Anpin de una estructura espiritual equilibrada y sólida. 🌟
🧩 La Lactancia y el Crecimiento de las “Piernas”
Un aspecto clave del proceso es el desarrollo de las “piernas” de Ze’ir Anpin, representadas por Nétzaj y Hod. Aunque Nétzaj fue refinado durante el embarazo, su pleno crecimiento no se manifiesta hasta que Hod termina su refinamiento. Esto ocurre porque ambas sefirot, al ser “dos mitades de un cuerpo”, dependen mutuamente para alcanzar su plenitud.
El proceso es descrito como el de un niño que ya tiene piernas, pero que no puede caminar hasta que ha sido amamantado. A través de la lactancia, las piernas de Ze’ir Anpin crecen y adquieren la fuerza necesaria para sostenerlo y darle movimiento espiritual.
🧩 El Secreto de la Leche y el Nombre Divino ‘Ehyé’
El término “jalav” (leche) tiene un valor numérico de 40, que corresponde al nombre divino “Ehyé” cuando se expande en su forma cabalística. Este nombre está asociado con Biná y con el flujo de luz que desciende para nutrir y completar a las sefirot.
La transformación de sangre en leche refleja un cambio espiritual profundo: los juicios severos (dinim), representados por la sangre (dam), con un valor numérico de 44, se convierten en nutrición espiritual, simbolizando la dulzura alcanzada a través del refinamiento. Esto es posible porque la “espalda” del nombre Ehyé, que también tiene un valor numérico de 44, se reduce al valor de 40 al quitar las cuatro letras principales del nombre, regresando al concepto de “jalav”.
🌀 Un Proceso de Compleción Espiritual
Finalmente, este proceso no solo representa el crecimiento físico y espiritual de Ze’ir Anpin, sino también una dinámica compleja en la que cada sefirá cumple un papel esencial. La relación entre las sefirot inferiores y superiores, así como el flujo constante de energía desde Biná, garantiza que las emanaciones alcancen su desarrollo pleno, permitiendo un equilibrio integral en la estructura espiritual.
✨ Cada detalle revela una conexión más profunda entre las energías divinas y el desarrollo espiritual de los mundos inferiores.
🔍 ¿Te intriga este fascinante proceso espiritual?
Este es solo un vistazo a la profundidad de las enseñanzas cabalísticas sobre la lactancia y el desarrollo de Ze’ir Anpin. Te invitamos a sumergirte en el fragmento completo que presentamos a continuación. Descubre cada detalle y conexión espiritual que revelan los secretos de las sefirot y su refinamiento. ¡Te sorprenderá la riqueza de esta sabiduría! 🌟📜
Etz Jaím, el portón de los principios 3:17-20
Posteriormente, en el tiempo de la lactancia, al igual que la nodriza convierte su sangre menstrual en leche, así también las tres sefirot inferiores, que son: Hod, Yesod y Maljut, que no fueron refinadas en el tiempo de la concepción como se mencionó anteriormente, ellas eran completamente juicios, llamadas “dinim”, en el aspecto de la sangre, llamada “dam”, pero aún había alimento dentro del desecho, por lo tanto no salió durante el nacimiento, como se sabe, permanecieron dentro de la madre para ser refinadas durante el largo tiempo de la lactancia. El alimento dentro de ellas se convirtió en leche, e Ima amamanta a Ze’ir Anpin con esta leche para que sea completo en todas sus dimensiones.
El tiempo de la lactancia es de 24 meses. La razón es que Hod necesita ser endulzado durante 8 meses, ya que está incluido en las siete sefirot superiores, y por lo tanto son 8; de igual manera, Yesod, 8 meses; y también Maljut, 8 meses de acuerdo con este patrón mencionado anteriormente. En total, 24 meses.
A través de la lactancia de Hod, Yesod y Maljut, Ze’ir Anpin crece, porque en 24 meses, las tres sefirot que estaban incluidas en las tres se expanden y crecen, convirtiéndose en seis emanaciones.
Y si preguntas: ¿no estaban las tres sefirot incluidas en otras tres? Entonces, ¿cómo dijimos que las tres sefirot mencionadas permanecieron dentro de Ima en el secreto de la leche?
Sin embargo, el significado es que no fueron refinadas hasta el tiempo de la lactancia, porque entonces los juicios que había en ellas se endulzaron en el secreto de la leche que las nutre, y a través de esa leche, las categorías de las “piernas” y las tres últimas sefirot de Ze’ir Anpin crecieron. Porque al principio les faltaba mucho de su aspecto, y por eso estaban tres incluidas en tres, y no se distinguían entre ellas; pero después de que amamantaron y tomaron el aspecto de juicio que había en ellas, y fueron refinadas a través de la lactancia, entonces se completaron y crecieron sus “piernas”, porque no quedaron dentro de la madre todas las tres sefirot inferiores que son: Hod, Yesod y Maljut, sino solo los juicios que necesitaban ser refinados en el secreto de la sangre que se convierte en leche.
Esto es similar a un chico que ya tiene piernas, pero no puede caminar con ellas hasta que es amamantado, y entonces, por medio de la lactancia, sus piernas crecen y empieza a caminar con ellas. Este es el aspecto de la expansión de las tres sefirot superiores que estaban incluidas allí, y este es su desarrollo. Sin embargo, hay que considerar que ambas piernas, Nétzaj y Hod, se refinan y crecen a través de la lactancia, pero entonces surge una pregunta: ¿acaso no se refinó Nétzaj durante el embarazo? La razón es que, como dice el dicho: “Junto con el espino, también la col es golpeada”. Porque Nétzaj y Hod están en el secreto de ser dos mitades de un cuerpo. Y dado que Hod no fue refinado, el refinamiento de Nétzaj tampoco se revela hasta que Hod termina de ser refinado durante la lactancia.”
El secreto de la “leche / jalav” es el nombre “Ehyé” en Biná, así:
“Ehyé” expandido con letras Hey, primero escrito de manera simple: “Álef-Hey-Yud-Hey”, después deletreando cada letra: “Álef-Lámed-Pey, Hey-Hey, Yud-Vav-Dálet, Hey-Hey”, y después deletreando las letras de las letras: “Álef-Lámed-Pey, Lámed-Mem-Dálet, Pey-Hey, Hey-Hey, Hey-Hey, Yud-Vav-Dálet, Vav-Vav, Dálet-Lámed-Tav, Hey-Hey, Hey-Hey” son un total de 38 letras si le sumas el valor mismo de la palabra “Ehyé” más el kolel obtenemos el valor de 40, mismo que el de la palabra “leche”, y ya sabes que ‘Ehyé expandido con letras Hey está en la sefirá de Dá’at y en Tiféret, donde se encuentra el lugar de los senos y los pezones en toda la línea central.
Podemos explicarlo de otra manera, cómo es que la sangre se convierte en leche. Mira que la sangre es la espalda del nombre ‘Ehyé’ que vale 44, mismo que el de la palabra “sangre”, la espalda del nombre Ehyé es: “Álef, Álef-Hey, Álef-Hey-Yud, Álef-Hey-Yud-Hey”. Pero si se le quitan las cuatro letras de ‘Ehyé’, es decir, 44 menos 4, regresa al valor numérico de ‘Jalav / 40’, palabra que vale eso por sí misma.
Te invitamos a que sigas explorando este extraordinario conocimiento y que permitas que el Etz Jaím te guíe hacia una comprensión más profunda de ti mismo y del universo. Lo que hemos visto hasta ahora es solo una puerta entreabierta; al adquirir el libro completo, tendrás acceso al mapa completo que nos brinda el Arizal, revelando los secretos más ocultos de la creación.
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