Behaalotjá: La Mística del Encendido de la Menorá según el Shaar HaPesukim del Arizal

En esta semana, nos sumergimos en la parashá de “Behaalotjá”, un pasaje del libro de Bemidbar (Números) que desvela una profunda enseñanza sobre la devoción y precisión en la observancia de los mandamientos divinos, ejemplificada por Aharón en su acto de encender la menorá. Esta interpretación se basa en el Shaar HaPesukim del Arizal, quien ofrece una explicación tanto esotérica como literal de este acto. El párrafo a analizar es el siguiente:


Así lo hizo Aharón; encendió las lámparas hacia el frente de la menorá, etc. (Bemidbar 8:3)

Este versículo destaca la acción de Aharón al encender las lámparas de la menorá exactamente como se le indicó. A primera vista, podría parecer una simple mención de obediencia. Sin embargo, el Arizal nos invita a profundizar en las capas ocultas de este acto aparentemente sencillo.

El Significado Esotérico y Literal del Encendido

La acción de encender la menorá por parte de Aharón, como se describe en la parashá “Behaalotjá”, tiene un profundo significado tanto esotérico como literal.

Elevación y Ascenso (Behaalotjá)
La palabra “behaalotjá” (בְּהַעֲלֹתְךָ), que se traduce como “cuando asciendas”, implica el acto de elevar la llama después de su encendido. Este término va más allá de la mera acción física; sugiere una elevación espiritual, una ascensión del alma y un alineamiento con lo divino. El Arizal, en el Shaar HaPesukim, nos enseña que este ascenso no solo es un acto de encender una lámpara, sino una metáfora para la elevación de la conciencia y la espiritualidad.

Iluminación (Ya’iru)
Por otro lado, la palabra “ya’iru” (יָאִירוּ) significa “iluminar”. Esto se refiere al comienzo del acto de encender las lámparas, el momento en que la luz comienza a brillar. La iluminación representa el despertar de la sabiduría y el conocimiento. Según la interpretación del Arizal, el mandato de “ya’iru” no es simplemente encender, sino dirigir la luz hacia el centro de la menorá, simbolizando la centralización y enfoque en la fuente divina.

La Fidelidad de Aharón
Aharón, al encender las lámparas, no solo siguió las instrucciones de Moshé al pie de la letra, sino que añadió un nivel adicional de devoción y precisión. Se aseguró de que las llamas estuvieran perfectamente orientadas hacia el centro de la menorá y no retiró su mano hasta que las llamas estuvieran completamente estabilizadas. Esta precisión asegura que cada detalle del mandato divino se cumpla con exactitud, evitando cualquier desviación. Este cuidado meticuloso en cada detalle es una expresión de la profundidad de su obediencia espiritual.

La Devoción en el Servicio Divino
La acción de Aharón nos enseña que la obediencia espiritual implica una devoción completa. No es suficiente con seguir las órdenes; es necesario hacerlo con un corazón y una mente dedicados. La espera de Aharón hasta que las llamas ascendieran y se mantuvieran firmes simboliza una paciencia y una dedicación que trascienden el mero cumplimiento. Esta devoción asegura que el acto de servicio sea perfecto y completo.

El Elogio de Rashi
Rashi comenta que las palabras “Así lo hizo Aharón” vienen a destacar que no cambió nada en el mandato divino. Esta fidelidad y exactitud son elogiadas porque reflejan una devoción completa y un profundo respeto por la voluntad divina. Aharón no solo cumplió con el mandato, sino que lo hizo con una meticulosidad que garantizó la perfección en cada detalle.

La Profundidad de la Obediencia Espiritual

Exactitud y Fidelidad en el Cumplimiento de los Mandatos
La obediencia espiritual no es simplemente la acción de seguir instrucciones divinas. Es un acto de profundo respeto y reverencia por la voluntad de Hashem. Aharón, al encender las lámparas, demostró una fidelidad que va más allá de la mera conformidad. La Torá elogia su acción con las palabras “Así lo hizo Aharón”, destacando que no cambió nada del mandato divino. Este elogio subraya que la exactitud en la observancia es en sí misma una forma de alabanza y devoción.

Elevación Personal y Espiritual
La obediencia espiritual, como se ejemplifica en la acción de Aharón, no solo tiene un impacto externo, sino también un profundo efecto interno. Al asegurarse de que cada llama estuviera correctamente encendida y orientada, Aharón no solo cumplía con un mandato, sino que también elevaba su propia espiritualidad. La llama de la menorá simboliza la luz del alma, y su ascenso representa la elevación espiritual que se alcanza a través de la devoción y la obediencia.

Inspiración para Nuestra Práctica Espiritual
La lección de Aharón nos inspira a abordar nuestra propia práctica espiritual con la misma devoción y precisión. Nos recuerda que cada detalle cuenta y que la verdadera obediencia espiritual implica un compromiso total con los mandatos divinos. Al igual que Aharón, debemos buscar siempre la perfección en nuestro servicio a Hashem, elevándonos constantemente y asegurando que nuestras acciones reflejen la profundidad de nuestra devoción.

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