Parashá Ekev: El Impacto del Becerro de Oro en las Esferas Espirituales

La Parashá “Ekev” comentada por el Arizal explora conceptos cabalísticos profundos relacionados con el pecado del becerro de oro y cómo este evento impactó a las sefirot y la estructura espiritual de las almas de Israel. A continuación, te presentamos lo que está escrito en su libro “Shaar haPesukim” y una breve explicación que con ayuda del Cielo pueda ser benéfica para tu estudio semanal:

El Contexto del Pecado del Becerro de Oro

El texto comienza explicando que el pecado del Becerro de Oro está relacionado con una desviación de la primera mitzvá que Elohim dio al pueblo de Israel. Esta primera mitzvá, mencionada en Parashá Bo, se refiere a la consagración de los primogénitos a Elohim, junto con la instrucción de no comer jametz (levadura) en Pesaj. Elohim dio esta mitzvá también al “Érev Rav”, un grupo de egipcios que se unieron al pueblo de Israel al salir de Egipto. El autor señala que la palabra “צויתם” (tzevitum, que significa “les ordené”) en el versículo tiene una anomalía ortográfica: le falta una “yud”. Esta anomalía sugiere una relación incompleta o problemática entre el Érev Rav y la mitzvá, lo que prepara el terreno para su participación en el pecado del Becerro de Oro.

El Pecado y sus Dimensiones Masculina y Femenina

El pecado del Becerro de Oro no es un simple acto de idolatría, sino que involucra tanto aspectos masculinos como femeninos en un sentido espiritual. Sin embargo, Elohim menciona solo el aspecto masculino, que es considerado más severo. Aquí, la “máscara” o “molde” del Becerro es interpretada a través de la gematría (valor numérico de las letras hebreas) de la palabra “מסכה” (maseja), que suma 125. Esto se conecta con los “125 kanterin”, o coronas de impureza, que descendieron al mundo desde el “lado de la serpiente fuerte” durante este pecado. En la tradición cabalística, estos aspectos masculinos tienen un impacto negativo profundo, pues la serpiente fuerte simboliza la fuerza corruptora del mal.

La Dimensión Superior del Pecado: El Da’at y la Letra Dálet

El pecado del Becerro de Oro afecta no solo el mundo físico, sino también las esferas espirituales superiores. El Arizal introduce el concepto del Da’at (conocimiento) y su relación con la letra “Dálet” en la palabra “אחד” (Ejad, que significa “uno”, en referencia a la unicidad de Hashem). Aquí se menciona que el Nétzaj, Hod y Yesod (tres de las sefirot inferiores) de Ima (la madre divina, una manifestación de la sefirá de Biná) se visten como el “cerebro” de Ze’ir Anpin (la manifestación divina menor). Sin embargo, la sefirá de Maljut (reino) de Ima permanece afuera, representada por el nudo de los tefilín en la parte posterior de la cabeza, el “oref”. Esta estructura se relaciona con la gran letra “Dálet” de “Ejad”, que representa la soberanía divina.

El pecado del Becerro de Oro afecta esta estructura al reducir la Maljut a un “punto”, un nivel mínimo de existencia. Este descenso en la espiritualidad permite que los pecados humanos afecten las esferas superiores, ya que las sefirot que forman la Maljut reciben luz adicional solo del aspecto masculino, lo que las hace vulnerables.

La Respuesta Divina: Reconstrucción de Maljut

Elohim, al ver la magnitud del pecado, decide cambiar la estructura de Maljut. En lugar de permitir que Maljut permanezca en su estado reducido, Elohim planea elevarla, construyéndola a partir de las diez sefirot completas de Aba e Ima, lo que la haría menos vulnerable al pecado humano. Esta nueva Maljut estaría en la Dálet de “Ejad”, y no podría ser afectada fácilmente por los pecados del pueblo.

Moshé y la Dálet: Un Vínculo Profundo

Moshé, según el texto, está intrínsecamente ligado a la Dálet de “Ejad” a través de su relación con el Da’at y la Biná. Moshé proviene del Yesod de Biná, lo que le otorga una conexión especial con el conocimiento divino y la estructura espiritual de Maljut. Esta conexión explica cómo Moshé podría intervenir en el proceso de la reconstrucción de Maljut, preservando la continuidad del pueblo de Israel.

El Resultado: Una Nueva Nación y el Papel de Moshé

Aunque Hashem inicialmente quiere destruir al pueblo y comenzar de nuevo con Moshé, quien se relaciona con la estructura superior de la Dálet, Moshé intercede por Israel. Sin embargo, la intención divina de reconstruir Maljut no se pierde; en cambio, se manifiesta de otra manera. A través de Moshé y sus descendientes, esta nueva estructura se construye y se fortalece, lo que lleva a un aumento masivo en la descendencia de Moshé, simbolizado por la frase “los hijos de Rejavía se multiplicaron en gran manera”.

Conclusión: El Significado Espiritual del Pecado y la Redención

El pecado del Becerro de Oro no solo afecta a las personas directamente involucradas, sino que tiene repercusiones profundas en las esferas espirituales superiores. La respuesta divina a este pecado no es simplemente el castigo, sino una reestructuración completa de los niveles espirituales que componen la realidad, particularmente en la forma en que Maljut interactúa con el resto de las sefirot. Moshé, con su conexión única al Da’at y a la Biná, juega un papel clave en este proceso, asegurando que la nación de Israel no solo sobreviva, sino que también se fortalezca y prospere espiritualmente.

Este texto es un ejemplo de cómo la Kabalá ve los eventos bíblicos como manifestaciones de procesos espirituales complejos que afectan tanto al mundo físico como a las esferas divinas. Cada detalle, desde una anomalía en una letra hasta la estructura de las sefirot, tiene un significado profundo que conecta la narrativa bíblica con la estructura mística del universo.

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