El Poder de la Bendición en los Alimentos

Elevando las Chispas de Santidad

¿Alguna vez has pensado que comer puede ser un acto de elevación espiritual? En nuestra tradición, cada acción tiene un impacto cósmico, y la comida no es la excepción.

📜 El Talmud de Jerusalén nos dice algo sorprendente:

“En el futuro, una persona tendrá que rendir cuentas por todo lo que sus ojos vieron y no comió.”

El Rabino Elazar tomó esta enseñanza muy en serio y apartaba dinero para probar cada fruta en su temporada. Pero, ¿por qué era esto tan importante? Porque en el mundo espiritual, cada fruto, cada alimento, contiene chispas divinas que deben ser elevadas a su fuente.

La comida no es solo una necesidad física, sino una oportunidad para conectar con lo divino y restaurar el equilibrio del universo.

Comer sin bendecir: un robo a la Creación

El Talmud en Berajot 35b nos da una enseñanza impactante:

“Aquel que disfruta de los frutos del mundo sin pronunciar una bendición es llamado ‘ladrón’.”

¿Por qué? Porque cada fruto en este mundo tiene un ángel asignado, y cuando pronunciamos una bendición sobre el alimento:

Atraemos un flujo divino que llena a ese ángel con la energía necesaria para que un nuevo fruto pueda crecer en su lugar.
Permitimos que la energía espiritual de la fruta se eleve y cumpla su propósito en la creación.
Participamos en la rectificación del mundo, elevando las chispas de santidad contenidas en los alimentos.

📌 Pero si comemos sin bendecir:

Privamos al ángel de su energía, deteniendo el flujo de abundancia.
Rompemos el ciclo espiritual que permite la renovación de la Creación.
Dejamos atrapadas en el mundo material las chispas divinas que deberían ser elevadas a la santidad.

Por esta razón, el Talmud nos advierte que es como si robáramos a nuestro padre y a nuestra madre.

El papel de la bendición en la rectificación de las almas

Cada alimento que consumimos no solo afecta nuestra alma, sino también la de nuestros antepasados. Dentro de cada bocado se encuentran chispas divinas que:

🔹 Nos ayudan a rectificar nuestra propia alma.
🔹 Elevan las chispas de santidad que pertenecen a las almas de nuestros padres.

Por eso, el Talmud nos advierte que quien come sin bendecir es un compañero del destructor.

El “destructor” y la lucha espiritual por las chispas divinas

El destructor es una fuerza que se alimenta de las chispas que no fueron elevadas correctamente.

💀 Cuando alguien come sin bendecir, esas chispas no retornan a su fuente en la santidad.
💀 En cambio, quedan atrapadas en el mundo de la impureza, donde el destructor las absorbe para impedir que regresen al Creador.
💀 Esto interrumpe el ciclo de elevación y deja la Creación incompleta.

Pero hay una clave oculta en el Tikún que podemos aplicar cada vez que comemos.

El Secreto de los 32 Dientes y el Nombre Divino

Cada persona tiene 32 dientes, y esto no es una coincidencia.

📖 En la historia de la Creación, el nombre Elohim aparece 32 veces.
🍽️ Al masticar un alimento y pronunciar la bendición con intención, liberamos y elevamos las chispas de santidad contenidas en él.

Por lo tanto, comer con conciencia no es un simple acto físico, sino un Tikún profundo que impacta en la estructura espiritual del mundo.

No dejar que los frutos se pierdan: un daño espiritual

Este principio no solo aplica al acto de comer, sino también a aquellos que permiten que los frutos se echen a perder sin ser consumidos.

📌 Cuando un fruto se seca o se estropea sin ser bendecido y consumido:

El ángel asignado a ese fruto se ve privado de su porción de bondad divina.
El Shefá (flujo divino) que debía llegar desde lo alto se corta.
Las chispas que estaban destinadas a la rectificación de las almas de los padres se pierden.

Por eso, el Rabino Elazar tenía la costumbre de probar cada nueva fruta en su temporada.

✅ Lo hacía para asegurar que ninguna chispa de santidad quedara sin ser elevada.
Para atraer más bendiciones al mundo.
Para cumplir con la corrección espiritual de inmediato y no perder la oportunidad de hacer un Tikún.

¿Cómo podemos aplicar esto en nuestra vida?

Hoy en día, tenemos la oportunidad de hacer lo mismo.

💡 Cada alimento permitido que consumimos es una oportunidad para traer luz al mundo.
💡 Cada bendición pronunciada con intención libera chispas de santidad atrapadas en la materialidad.

📌 Acciones que podemos tomar:

Cuando comas, hazlo con conciencia y gratitud.
No desperdicies los frutos que la tierra nos da.
Recuerda que un mandamiento es más preciado cuando se realiza en el momento adecuado.
Haz de cada comida un acto de Tikún y elevación.

📖 Como dice el versículo:

“No solo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Hashem.”

Cada bocado es una oportunidad para bendecir, rectificar y conectar con lo divino.

Esta explicación fue tomada de un fragmento del Perí Etz Hadar, un sidur kabalístico creado para la fiesta del año nuevo de los Árboles conocida como “Tu Bishvat” siguiendo la tradición del Arizal por un autor desconocido. Descubre todas las enseñanzas en nuestras publicaciones y en el libro mismo, experimenta este 15 de Shevat de una manera única, con más conciencia del mundo espiritual.

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