El Misterio de Moshé, Aharón, Nadav y Avihú: Una Perspectiva Cabalística diferente.
“Moshé, Aharón, Nadav, Avihú, Elazar e Itamar encarnan distintos niveles del alma divina, siendo Nadav y Avihú luces tan elevadas que su intensidad no podía habitar este mundo.”
El texto que comenta esta Parashá es una explicación profunda del Arizal (el gran maestro de la Kabalá del siglo XVI) sobre el nivel espiritual de algunas de las figuras más importantes del pueblo de Israel: Moshé (Moisés), Aharón (Aarón), sus hijos Elazar e Itamar, y los enigmáticos Nadav y Avihú, que murieron en un episodio rodeado de misterio.
Para entender esta explicación, necesitamos familiarizarnos con ciertos conceptos cabalísticos fundamentales:
¿Qué son Aba, Ima, Ze’ir Anpín y los Sefirot?
- Aba y Ima son nombres cabalísticos que representan aspectos del intelecto Divino: Aba es el nivel de Jojmá (Sabiduría), e Ima es el nivel de Biná (Entendimiento). Son como “padre” y “madre” en el mundo espiritual.
- Ze’ir Anpín es una estructura espiritual más baja que representa las emociones del alma divina y del mundo de Atsilut (el mundo más alto de emanación).
- Las sefirot son las “emanaciones” divinas. Entre ellas están Nétzaj (Victoria), Hod (Esplendor) y Yesod (Fundamento). Estas tres forman las partes bajas del “cuerpo espiritual” y son canales por los que se transmite la energía divina.
¿Qué pasó con Nadav y Avihú?
El texto comienza con el famoso episodio en el que Nadav y Avihú, los hijos de Aharón, trajeron “fuego extraño” ante Dios y murieron instantáneamente. Aunque la Torá lo presenta como una especie de error fatal, los sabios —especialmente el Zóhar y el Arizal— enseñan que no murieron por un pecado, sino por una elevación espiritual extrema. Sus almas eran de tan alto nivel que no podían permanecer en este mundo físico.
Moshé y Aharón: Dos Almas de Raíces Diferentes
El Arizal explica que tanto Moshé como Aharón provienen de niveles muy elevados, pero no exactamente del mismo lugar espiritual.
- Moshé proviene de una combinación del rostro del Yesod de Ima (Biná) y la espalda del Yesod de Aba (Jojmá). La palabra “rostro” aquí significa un tipo de revelación espiritual directa y luminosa, mientras que “espalda” representa un nivel más oculto o indirecto.
- El valor numérico (gematría) de estas dos partes es 161 (rostro de Ima) + 184 (espalda expandida de Aba) = 345, que es exactamente el valor del nombre Moshé. Esta combinación indica que Moshé poseía tanto sabiduría divina (Aba) como entendimiento profundo (Ima), pero no el nivel más alto de revelación directa de Aba (que está reservado para almas aún más elevadas).
Por eso en la Torá, cuando Dios le dice a Moshé: “Verás Mi espalda”, no es algo negativo, sino que se refiere a la raíz espiritual de su alma, la cual proviene de la parte posterior (espalda) del Yesod de Aba.
Moshé: El Esposo de la Matrona
En la Kabalá, la “Matrona” es un nombre poético para la Shejiná —la presencia divina que habita en este mundo. Moshé es llamado “Esposo de la Matrona” porque, a través de su conexión con Ima y Aba, él actúa como el canal que une la sabiduría divina con el mundo físico, tal como un esposo conecta con su esposa.
Aharón: El Mozo de la Matrona
A diferencia de Moshé, Aharón proviene exclusivamente del Yesod de Aba, tanto en su forma simple (72) como expandida (184). La suma también da 256, que es el valor numérico de “Aharón”. Esta alma es completamente de Jojmá (sabiduría), lo que le da una cualidad de bondad pura y expansión. Es por eso que Aharón es el sumo sacerdote, símbolo de la paz y la conexión entre el pueblo y Dios.
Sin embargo, como sólo proviene de “espaldas” (ocultamiento) de Aba, Aharón no tiene la profundidad combinada de Moshé. Por eso el Zóhar lo llama “Mozo de la Matrona”, alguien que ayuda y prepara a la Shejiná, pero no está casado con ella espiritualmente como Moshé.
Elazar e Itamar: Nétzaj y Hod de Aba
Los dos hijos sobrevivientes de Aharón, Elazar e Itamar, también tienen raíces espirituales altas:
- Elazar proviene del Nétzaj (la línea derecha)
- Itamar proviene del Hod (la línea izquierda)
Ambos están relacionados con Aba, es decir, también son almas del plano de Jojmá, aunque no en el mismo nivel que Aharón o Moshé.
Nadav y Avihú: Almas de Luz Revelada
Aquí viene la parte más sorprendente:
El Arizal revela que Nadav y Avihú eran aún más elevados que Moshé y Aharón. ¿Cómo puede ser?
Ellos provenían del Nétzaj y Hod de Ima, no de Aba. En teoría, Aba (Jojmá) es un nivel más alto que Ima (Biná), pero hay un detalle crucial: las luces de Aba están ocultas dentro de Ima, mientras que las luces de Ima se revelan directamente.
Esto significa que aunque Aba sea un nivel superior, las almas que vienen directamente de Ima tienen una energía más clara, más fuerte, más perceptible en este mundo. En palabras simples: Nadav y Avihú vinieron de una luz más brillante y abierta.
El Significado del “Pesik” Musical
En la lectura de la Torá, hay una pausa musical llamada “Pesik” (romper), que aparece justo después de “Nadav el primogénito”. El Arizal dice que esto indica que Nadav era igual a tres hermanos juntos (Moshé, Aharón y uno más), y que Avihú era como dos hermanos (Elazar e Itamar). Esto refuerza la idea de que estos dos hijos de Aharón tenían un nivel espiritual inmenso, incluso más que sus padres y tíos.
“Seré santificado con los que están cerca de Mí”
Cuando Nadav y Avihú mueren, la Torá cita a Dios diciendo: “Seré santificado con los que están cerca de Mí”. Y Moshé le dice a Aharón: “Ahora sé que ellos eran más grandes que tú y yo”. Esto no es un elogio cualquiera; es el reconocimiento cabalístico de que estas almas venían de un lugar tan elevado que no podían permanecer en el mundo físico, y su muerte fue una especie de ascensión, no un castigo.
Conclusión: ¿Quién es más grande?
Todo depende del aspecto que consideres:
- Moshé tenía una combinación de luces de Aba e Ima, y por eso podía revelar la Torá.
- Aharón era pura bondad desde Aba, un canal de paz.
- Nadav y Avihú eran luces reveladas, de alto impacto espiritual, aunque su nivel no era sostenible en el plano físico.
Cada uno tiene una función distinta dentro del cuerpo espiritual del pueblo de Israel. Así como en un cuerpo hay ojos, corazón, manos y pies —cada uno con su importancia—, lo mismo ocurre con estas almas. Nadie es “mejor” en sentido absoluto, sino que cada uno canaliza un tipo distinto de energía divina.
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