Así como en la Shejiná existen dos niveles —uno más elevado representado por Leá y otro más bajo representado por Rajel—, también en el mundo superior, en Ima (Biná), existen dos aspectos. Ambos aspectos son comparados a dos letras “Dalet”:
- La “Dalet” superior representa el nivel de Biná.
- La “Dalet” inferior representa el nivel de Tevuná.
Cada uno de estos niveles contiene en sí mismo diez sefirot, es decir, estructuras completas de energía espiritual.
En la parte masculina también se reflejan estas dos dimensiones. Ze’ir Anpín, que representa la parte emocional de la estructura espiritual, abarca desde el pecho de Ima hacia abajo. Frente a él, Rajel ocupa una posición equivalente. De igual modo que existe un nivel de Yaakov (Jacob) relacionado con Rajel en la parte inferior, existe otro nivel de Yaakov más elevado, originado en el Yesod (fundamento) de la Jojmá (Sabiduría Superior).
Al igual que en el mundo superior el Da’at (el conocimiento) surge de la unión entre Aba (Padre) e Ima (Madre), también en el nivel inferior —entre Tevuná y el aspecto inferior de Aba— se manifiesta otro Da’at. Por eso, tanto en el nivel superior como en el inferior existen dos dimensiones, pero ambas dimensiones en cada nivel están unificadas y consideradas como un solo sistema.
Esta estructura dual se refleja en el versículo “porque Elohim de los conocimientos es Hashem”, haciendo referencia a la existencia de múltiples niveles de conocimiento integrados en una unidad. Así mismo, se alude a los “dobles desde abajo”, que representan el Yaakov inferior (el emocional) y el Yaakov superior (el mental), ambos formando un todo que se llama Israel.
Rajel y Yaakov se encuentran y se unen en el nivel inferior, mientras que Leá se une con Israel en el nivel superior. Cuando el Zóhar menciona que “se acostó con ella esa noche” sin nombrar explícitamente a Yaakov, se refiere directamente al nivel espiritual superior, Israel.
Biná puede tener tres manifestaciones principales:
- Cuando está unida a Aba, se llama Biná.
- Cuando está separada de Aba, se llama Tevuná.
- Cuando desciende y se expande dentro de Ze’ir Anpín, también se llama Tevuná.
Cuando Ze’ir Anpín asciende hacia Biná, lleva consigo a Tevuná, elevándola. El acto de elevar se menciona en el versículo “un hombre de discernimientos la elevará”: el “hombre” es Ze’ir Anpín y “los discernimientos” son Tevuná. Una vez que Ze’ir Anpín ha ascendido, Biná se vuelve a unir con Aba, y las dos Tevunot (las dos manifestaciones de Tevuná) ascienden también y se integran en el nivel de Biná, ahora en su forma superior.
Aba, la fuente de la sabiduría, está simbolizado por la letra Yud del Nombre Divino (Havayá). El pequeño apéndice (Kotz) sobre la Yud representa a Arij Anpín, la Voluntad Suprema. Cuando se escribe la Yud en forma extendida (Yud-Vav-Dalet), se observa una estructura numérica: la Yud (10) multiplicada por la Vav (6) da 60, y la Yud multiplicada por la Dálet (4) da 40.
Cuando Biná está unida a Aba, recibe toda su luz y se representa por la Mem final, una letra cerrada que simboliza que contiene y guarda toda la energía, similar a la letra Sámej (también cerrada, y cuyo valor numérico es 60). En esa situación, la luz de Aba fluye hacia Ima. La forma gráfica de la Vav inclinada hacia la Dálet en la escritura refleja esta unión activa.
Cuando Aba no transmite luz a Ima, Biná se encuentra “sentada sobre los hijos”, transmitiendo directamente a las emanaciones inferiores, y entonces se representa por una Mem abierta, simbolizando que está entregando su energía en vez de conservarla.
El secreto de la relación entre la Vav y la Dálet también refleja diferentes estados espirituales:
- Cuando están dentro de Jojmá (representada por la Yud), la Vav (6) precede a la Dálet (4), y la Vav tiene una “cabeza” (una conexión directa con la fuente).
- Cuando están dentro de Biná (representada por la letra Hey), la Dálet antecede a la Vav, y la Vav pierde su “cabeza” porque no hay recepción directa de luz de Aba.
La estructura gráfica de la Hey (ה) muestra una Dálet y una Vav juntas, pero la Vav está incompleta. Esta imagen refleja cómo, en la ausencia de unión con Aba, la luz permanece arriba y no desciende directamente a Ima.
La luz de Ima se expande hacia Ze’ir Anpín solo hasta los niveles de Jojmá, Biná y Da’at de la parte femenina de Ze’ir Anpín (Nukvá). Así, Ima alimenta espiritualmente hasta ese punto, pero no más allá.
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