Basado en Shaar HaGilgulim, páginas 41-44, Ediciones Reé
Dos tipos de luz espiritual
Todas las personas que vienen a este mundo traen consigo dos tipos de luz espiritual: una llamada Luz Interna (Or Penimí) y otra conocida como Luz Circundante (Or Makíf). La primera es la energía que entra realmente dentro de la persona y le da vida y conciencia; la segunda, en cambio, la rodea desde fuera, como una presencia espiritual que aún no puede integrarse por completo, pero que la acompaña silenciosamente.
Este patrón también existe en los mundos superiores
Este patrón no solo existe en nuestra alma individual, sino que es una estructura espiritual general. En los mundos superiores, por ejemplo, dentro de Ze’ir Anpín (una de las manifestaciones del flujo divino según la Kabalá), también se observa esta misma dinámica: la Luz Interna ocupa el espacio interior, mientras que la Luz Circundante espera alrededor, hasta que llegue el momento en que pueda entrar.
El caso de Nadav y Avihú
Esta estructura es clave para entender cómo y por qué bajan las almas a este mundo. Cuando Nadav y Avihú, los hijos de Aarón, llegaron a este mundo, no lo hicieron solos. Ellos vinieron acompañados por una gran cantidad de almas adicionales, todas pertenecientes a la raíz espiritual de Kayín (Caín). Estas almas no encarnaron en sus cuerpos, sino que vinieron como parte de su Luz Circundante, en forma de Tzélem, un “molde” o sombra espiritual que los rodeaba. Pero había un gran problema: todas esas almas aún estaban atrapadas en las Klipot, es decir, en capas de impureza espiritual. Solo Nadav y Avihú estaban realmente listos para nacer en cuerpos físicos. El resto debía esperar.
Una red de redención colectiva
Aquí comienza un proceso espiritual extraordinario: cada vez que una de esas almas logra liberarse de las Klipot, puede encarnar en este mundo. Pero no lo hace sola. Trae consigo, en su Luz Circundante, a otras almas que aún no se han purificado del todo. De esta manera, el proceso de redención se vuelve colectivo: cada alma que baja y se purifica arrastra a otras, generando una cadena de elevación que se extiende a lo largo de generaciones.
¿Bajan primero las almas más elevadas?
Este descenso de almas no sigue un orden jerárquico. No bajan primero las más elevadas. A veces, por el mérito particular de una persona, un alma más baja logra encarnar antes. Incluso puede ocurrir que una persona cometa una transgresión tan severa que atraiga sobre sí una alma muy poderosa que aún estaba atrapada en la oscuridad. Las Klipot lo permiten porque piensan que esa alma será completamente suya. Pero el plan Divino es otro: esa alma poderosa logra sacudirse las impurezas, se eleva, y al hacerlo transforma la caída del individuo en una oportunidad de redención. Esto es lo que insinúa el versículo de Kohelet (Eclesiastés 8:9): “Hay un tiempo en que el hombre domina al hombre para su desgracia”, es decir, que lo negativo parece gobernar, pero finalmente se convierte en un canal de luz.
Antes de encarnar, el alma pasa por tres personas
Una vez que un alma sale del dominio de las Klipot, todavía no puede encarnar de inmediato. Debe pasar primero como Luz Circundante alrededor de tres personas distintas que pertenecen a su misma raíz espiritual. Solo después de ese recorrido está lista para descender como alma interna en un cuerpo físico. Esa será su verdadera entrada al mundo de la acción.
Acompañantes invisibles
Sin embargo, si esas tres personas anteriores no completaron su propia rectificación espiritual durante la vida, sus almas volverán a encarnar junto con la nueva alma principal. No serán el alma esencial del cuerpo, sino como acompañantes silenciosos. Permanecerán allí hasta que el alma principal complete su ciclo en ese cuerpo.
Nada es casual en la red de las almas
Este proceso revela el asombroso entretejido de las almas a lo largo de las generaciones. Cada persona que encontramos, cada experiencia espiritual que vivimos, puede tener raíces profundas en procesos que no recordamos, pero que siguen activos. No estamos solos en este mundo: nos acompañan energías antiguas, tareas pendientes y conexiones invisibles que siguen buscando su reparación. Entender esto nos abre a una visión mucho más amplia de la vida, donde cada paso espiritual que damos tiene repercusiones mucho más allá de nosotros mismos.
Este estudio está basado en las enseñanzas del Shaar HaGilgulim (La Puerta de las Reencarnaciones), escrito por el Arizal y recopilado por su discípulo Rabi Jaim Vital. Todo este proceso se explica en detalle en las páginas 41 a 44 de la edición en español publicada por Ediciones Reé.
Si te ha fascinado descubrir estos secretos profundos sobre la reencarnación y la rectificación del alma, hay mucho más por explorar. Cada capítulo te llevará a una comprensión aún más elevada, donde los misterios del alma y la espiritualidad se revelan de una manera que transforma tu visión de la vida.
Sumérgete en este viaje espiritual y sigue desentrañando los tesoros ocultos del Shaar HaGuilgulim. ¡Tu alma te lo agradecerá! 🌿📖
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