La luz de los nombres

Fragmento del Shaar haPesukim

Los nombres juegan un papel muy importante en nuestras vidas, puede parecer casualidad que tu nombre sea “fulanito” o “fulanita”, es más pareciera arbitrario y alejado a tu personalidad, sin embargo, por increíble que parezca, el nombre que tienes influye mucho en tu vida. A pesar de que nuestro nombre no lo decidimos nosotros, el Arizal explica en sus escritos que las personas cuando van a nombrar a un niño reciben un estado de “profecía” en el que el nombre que deciden ponerle es en realidad el nombre que debería tener, por lo tanto, tu nombre fue elegido desde el mismo cielo.

Sabiendo lo anterior, podemos dar paso a un concepto aún más interesante, y es que no solo tu nombre influye en esta vida, tiene codificado el nombre de vidas anteriores (para comprender el proceso de reencarnación te recomiendo checar nuestro apartado del Shaar Hagilgulim). Es decir, los nombres que ya tuviste en vidas pasadas viene a complementar y construir el nombre actual. El Arizal nos lo explica con un claro ejemplo; Moshé tenía hasta la fecha 3 reencarnaciones, aludidas en las tres letras de su nombre en hebreo “Mem” “Shin” y “Hey”. Ahora, no solo tenemos alusiones a nuestros nombres en vidas anteriores, hay algo más.

El valor de las letras del nombre de una persona tiene chispas de luz divina, que indica las oportunidades y obstáculos que tendrá en su vida, en todos los nombres viene indicada la rectificación que se necesita en esa encarnación, como dice el Arizal en el Shaar haPesukim, porción Shemot (pág. 119 de nuestra versión):

Moshé era la reencarnación de Hével y de Shet, pero Moshé solo había rectificado las letras Shin y Hey, las letras Tav, Bet y Lámed de los nombres de Hével y Shet fueron rectificadas hasta el momento de la zarza ardiente.

Por ello, el nombre de una persona que reencarna indica las letras rectificadas y las que hace falta rectificar. Y es que, tomando el ejemplo de Moshé, no solo tenía que trabajar con las tres letras de su nombre, también con las letras que formaban los nombres de vidas anteriores, y es seguro que la composición del nombre de una vida anterior también describa otras nombres de rectificaciones anteriores.

Las chispas de luz que contiene el nombre de una persona son fragmentos de luz divina que se dispersaron cuando se rompieron las vasijas que las contenían, nuestro trabajo es rectificar y juntar esos fragmentos para que puedan regresar a su estado original, para ello, es necesario sacarlas de las impurezas espirituales llamadas Klipot, al cumplir mandamientos podemos hacer eso. Porque mientras esas chispas de luz no sean rectificadas, las Klipot se aferrarán a ellas y será perjudicial para nuestro desarrollo espiritual, El Arizal nos explica lo anterior poniendo como ejemplo a Bilaam:

Mientras no estaban rectificadas las letras Bet y Lámed del nombre de Hével, Bilaam se aferró a ellas y fueron las letras Bet y Lámed del nombre de Bilaam.

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