Las rotaciones del alma 4:9-5:6

9. La reencarnación de Rav Sheshet fue explicada en discusiones anteriores sobre el asunto de la doble reencarnación. Este es también el asunto de lo que está escrito en la Guemará con respecto a Rav Sheshet, que era ciego, y que cuando aprendía la Torá se alegraba y decía: “¡Alégrate, mi Néfesh! Por ti he leído… por ti he aprendido”. Aparentemente esto no es comprensible ya que esto era para su beneficio personal y no para el de otro, como dice: “Si uno se vuelve sabio, es para sí mismo que se vuelve sabio[i]. Además, debemos precisar que dijo “Mi Néfesh”, ¿y por qué esto es con respecto a Rav Sheshet y no a otro?

10. Para comprender esto ahondaremos en el tema del Rav Sheshet y su reencarnación. Sabe que Baba ben Buta el Piadoso, un estudiante de Shamáy el anciano, el que traía una Ofrenda de Transgresión Dudosa toda su vida, regresó y se reencarnó en Rav Sheshet para completar alguna rectificación que aún requería.

Desde que Herodes lo cegó, Rav Sheshet también quedó ciego, como es sabido. Así, las letras de “Baba / Bet-Bet-Álef” son las mismas que “Sheshet / Shin-Shin-Tav” en la gematría AT-BaSh[ii]. Esto nos lleva a la siguiente explicación: entiende que alguien que no completa su rectificación durante su primera reencarnación debe reencarnar una segunda vez para completarla, incluso si le falta algo pequeño.

Si en su primera reencarnación completó su Néfesh y le faltó sólo algo minúsculo, cuando regrese en una segunda reencarnación toda la recompensa por la Torá y las Mitzvot de la segunda reencarnación será por causa de su Néfesh que vino en el segundo cuerpo a completarse. Cuando se levante en el momento de la resurrección el Néfesh volverá al primer cuerpo en el que aprendió Torá y llevó a cabo la mayoría de las Mitzvot que necesitaba realizar. Sólo vino al segundo cuerpo “en préstamo”.

Rav Sheshet sabía que su Néfesh, que había estado primero en el cuerpo de Baba ben Buta, un hombre de gran aprendizaje y piedad, sólo se reencarnó en un segundo cuerpo por algo pequeño que le faltaba. Por lo tanto, su cuerpo estaba triste por esto, porque todos sus esfuerzos serían tomados por este Néfesh, que al final volvería al primer cuerpo en el momento de la resurrección. De este modo, todo su aprendizaje de la Torá y sus Mitzvot eran por el bien de su Néfesh, y no de su cuerpo. Por lo tanto, era apropiado que el Néfesh se regocijara, y no el cuerpo. Por eso decía: “¡Alégrate mi Néfesh! etc.,” y no yo, porque para ti leo, y para ti aprendo, para tu beneficio y no para el mío.

1. En cuanto a la diferencia entre la reencarnación y el Ibur, hay dos tipos de reencarnación y dos tipos de Ibur.

El primer tipo de reencarnación es un único Néfesh que entra en el cuerpo de una persona desde el día en que nace y llega al mundo.

El segundo es que, a veces es posible que dos niveles de Néfesh se reencarnen juntos, también en el momento en que la persona nace. Esto se llama “Reencarnación Doble”, como se mencionó en la discusión anterior y en otros lugares. Estos dos niveles de Néfesh reencarnan juntos y entran en el mundo en el momento del nacimiento en un solo cuerpo y no se separan hasta el día de la muerte. Los dos se llaman “un solo Néfesh” y se convierten en un solo Néfesh, soportando el dolor y el sufrimiento que le llega al cuerpo a lo largo de su vida, incluyendo el dolor de la muerte.

Sin embargo, el Ibur no se produce al nacer, como ya se ha explicado, y hay dos tipos de Ibur.

El primero es cuando viene en beneficio de una persona justa, entrando en una persona para completar algo que le falta, como se explicará en su lugar.

El segundo es cuando viene por el bien de la persona, para ayudarla con la Torá y las Mitzvot.

Cuando viene por su propio bien, entonces no entra en la persona hasta que cumple 13 años y un día, cuando está obligado a practicar Torá y las Mitzvot. También es capaz de rectificarse a través de la Torá y las Mitzvot de la persona y, por lo tanto, no entra antes de este momento, sólo después de estar obligado en las Mitzvot. Entonces entra y se extiende por todo el cuerpo al igual que el propio Néfesh de la persona, y los dos soportan por igual el sufrimiento que le llega al cuerpo. Permanece allí hasta que completa el tiempo establecido para que rectifique y complete lo que requiere. Entonces se va durante su vida y vuelve a su lugar Arriba en el Jardín del Edén.

Sin embargo, cuando es por el bien de la persona que está hospedando, y no por la que se hospeda, entonces viene por elección y no por fuerza. Por lo tanto, no se ve obligada a soportar el dolor de este cuerpo en absoluto; no siente el dolor y el sufrimiento que le llega. Si encuentra a la persona adecuada, permanecerá con ella. Si no, se alejará de ella, como dice la Torá: “Abandona las tiendas de esta gente malvada[iii].

2. Ahora, el versículo dice: “Castiga los pecados de los padres sobre los hijos por tres y cuatro[iv], siendo la explicación que hasta tres niveles antiguos de Néfesh pueden reencarnarse junto con un nuevo Néfesh en un solo cuerpo, desde el nacimiento, de manera que son cuatro niveles de Néfesh en total. Este es el significado oculto de “cuatro generaciones”, y el de: “tres veces con un hombre[v]; tres niveles de Néfesh son capaces de reencarnar dentro de una persona, que es el nuevo Néfesh.

Sin embargo, no es posible que haya más de uno a la vez. Aunque, es posible que haya menos, ya que sea que un Néfesh se reencarne solo en un solo cuerpo, o un Néfesh extra con un solo Néfesh nuevo en el mismo cuerpo. O, dos extras pueden venir con uno nuevo, o tres extras pueden venir solos. O, tres con uno nuevo, pero más de esta cantidad no puede entrar en un solo cuerpo, como se ha mencionado.

3. Entiende que los niveles de Néfesh que reencarnan en un solo cuerpo, como se mencionó, sólo lo hacen cuando todos se aferran a la misma raíz, según el sentido metafísico del verso que dice: “redimir la propiedad vendida de su hermano[vi]. Y, aunque el nuevo Néfesh no haya cometido los pecados de los otros que se reencarnan con él, sin embargo, si es de un nivel más interno, espiritualmente superior, que el resto de ellos, por ejemplo, él es del nivel de los tendones en la estructura de Adám haRishón, y ellos son de los niveles de la carne, que es espiritualmente menor que los tendones, el nuevo Néfesh necesita limpiar la mancha y la suciedad que resultaron de los pecados de los otros, para que la vida fluya completamente hacia esta raíz[vii].

4. En el nivel de Ibur también es posible convertirse en Ibur en una persona de esta manera. Hasta tres niveles de Néfesh pueden reencarnarse y venir a ayudar al Néfesh de esta persona viva. Con él son cuatro y no se puede más que eso, aunque menos que cuatro sí es posible.

Con respecto a los que vienen en el aspecto de una reencarnación real, todos ellos vienen por sus propias necesidades, para rectificar lo que distorsionaron o para completar alguna Mitzvá que les faltaba.

5. Te daré a conocer el asunto del orden del Ibur con más amplitud, y con una analogía verás por ti mismo que esta persona, que ahora reencarna en este cuerpo para rectificarse, tiene otros 10 niveles de Néfesh más altos que él en su raíz. Si esta persona lo merece entonces el décimo Néfesh más bajo se convertirá en un Ibur en él. Es el más bajo de todos los 10 pero más alto que él, y por lo tanto puede ayudarlo y asistirlo para que se rectifique. Si merece más entonces el noveno Néfesh será un Ibur en él; si tiene más méritos, vendrá el octavo Néfesh. De esta manera habrá tres niveles de Néfesh como Ibur en él, tres niveles extras más él da un total de cuatro niveles juntos. No es posible que uno más venga como Ibur en él, pues solo se permiten cuatro.

Sin embargo, si merece más entonces el séptimo Néfesh también será un Ibur en él, y la luz del décimo Néfesh será eliminada en este Ibur entre la luz de los tres niveles más altos que él. De esta manera continúa hasta que los tres niveles más altos de los diez sean un Ibur en él, el primero, el segundo y el tercero.

Estos tres revelarán su luz para el que están ayudando mientras que la luz de los otros siete es eliminada. Estos siete comparados con la luz de los tres niveles superiores se consideran como si no existieran, hasta el punto de que es imposible que se revelen en el aspecto del Ibur, sólo los tres superiores, que con el Néfesh de la propia persona son cuatro. Más que esto no es posible, como se ha mencionado.

6. Mira, lo que está escrito cuando dice: “todo esto lo hace Elohim, tres veces con el hombre”. La explicación es que en las tres primeras reencarnaciones, el Néfesh de una persona se reencarna por sí misma, sin la asociación de otro dentro del cuerpo. Sin embargo, si todavía no se rectifica después de estas tres veces, entonces debe volver una segunda serie de tres veces, aunque no viene solo ya que carece de la capacidad de rectificar. Por lo tanto, viene en asociación con una persona; un justo se convierte en un Ibur en él, para ayudarle y dirigirle para el bien. De ahí que no diga “tres veces”, pues parecería referirse a las tres primeras veces, sino dos “veces tres[viii], para indicar una segunda vez que incluye una segunda serie de tres reencarnaciones. Entonces tendrá a otra persona como pareja con él, como se ha mencionado.

Jaím Vital, Las rotaciones del alma parte 1, Ediciones Reé, pág. 73-80

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[i] Avodá Zará 18b

[ii] La gematría AT-BaSh consiste en intercambiar la primer letra hebrea con la última, la segunda con la penúltima y así sucesivamente. La letra Álef pasa a ser Tav, y la letra Bet se convierte ahora en Shin, así encontramos que el nombre “Bet-Bet-Álef” pasa a ser “Shin-Shin-Tav”.

[iii] Bamidbar 16:26

[iv] Shemot 20:5

[v] Iyov 33:29

[vi] Vayikrá 25:25

[vii] Cuando el Néfesh nuevo está dentro de los otros que se reencarnan con él, necesita limpiar los pecados de ellos para que la luz le llegue, es como si quisiéramos ver a través de un cristal que está sucio, a pesar de no haberlo ensuciado nosotros, para mirar a través de él necesitamos limpiarlo.

[viii] En español no se aprecia tanto esta explicación, sin embargo trataremos de hacerlo más comprensible, el texto hebreo dice literalmente “veces tres” obviamente, para darle un sentido coherente en la traducción se escribe “tres veces”. A lo que se refiere el Ari es, por qué en lugar de escribir en hebreo primero la palabra “tres” y después “veces” lo hace al revés, justamente utiliza esta aparente “equivocación gramatical” para explicarnos que no son solamente “tres veces” sino que son varias veces un grupo de tres; él nos dice que “dos veces tres”.

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