En la sabiduría de la Kabalá, especialmente en la enseñanza revelada por el Arizal en el Shaar haGuilgulim (La Puerta de las Reencarnaciones), el alma humana es mucho más que una entidad abstracta: es una estructura espiritual vasta y compleja que guarda una relación directa con el alma de Adám haRishón, el primer hombre creado.
Cada alma es una parte del alma primordial
Según esta enseñanza, todas las almas de la humanidad están compuestas por fragmentos del alma de Adám haRishón. Esta alma original, la primera en ser creada, no era simplemente un individuo, sino una “estructura espiritual total” que contenía en sí misma todas las almas que alguna vez existirían. Es decir, el alma de Adám estaba dividida en 248 miembros espirituales (en paralelo con los 248 órganos del cuerpo humano), y cada uno de estos miembros también contenía su propia estructura completa, desde la cabeza hasta el talón.
Así, cada alma individual que desciende al mundo es una chispa proveniente de alguna parte específica de este cuerpo espiritual. Una persona puede provenir, por ejemplo, del “hombro derecho” del alma de Adám, y más específicamente, del talón del hombro. Este origen determina su naturaleza espiritual, su papel en la vida y, especialmente, los mandamientos (Mitzvot) que le corresponde cumplir y las rectificaciones (Tikúnim) que debe realizar.
La misión espiritual es personalizada
Aquí se revela una enseñanza clave: no todas las personas están obligadas a realizar todas las rectificaciones posibles. Cada alma viene al mundo con una misión específica, que se relaciona directamente con el punto de la estructura del alma de Adám del cual proviene. Por ejemplo, si alguien desciende de una chispa del talón del hombro, no está obligado a corregir todos los aspectos del hombro espiritual, sino únicamente aquellos correspondientes al nivel del talón de ese hombro.
En otras palabras, nuestra responsabilidad espiritual está delimitada por nuestra raíz de alma. Lo que una persona necesita rectificar puede ser completamente distinto a lo que otro debe trabajar, y no porque uno sea superior o inferior, sino porque cada cual cumple una función distinta en el gran cuerpo espiritual colectivo.
Responsabilidad compartida entre las chispas
No obstante, existe una interconexión entre todas las chispas que comparten una misma raíz. Si una chispa del talón comete un error espiritual y mancha su nivel, todas las demás chispas asociadas a ese mismo nivel comparten la responsabilidad de repararlo. Esto se debe a que todas las chispas son “garantes” unas de otras: lo que afecta a una, afecta en cierto modo a todas.
Cuando estas chispas logran, en conjunto, rectificar completamente su nivel, ninguna de ellas necesitará volver a reencarnar para corregir defectos relacionados con ese aspecto del alma colectiva. Esta es una visión profundamente solidaria y orgánica del alma humana: nadie está completamente aislado; nuestras acciones repercuten en todo el entramado espiritual del que formamos parte.
Dos tipos de reencarnación: por pecado y por mitzvá
La enseñanza introduce aquí una distinción fundamental entre dos tipos de reencarnaciones:
- Reencarnación por pecado (para corregir una mancha espiritual):
Si una chispa comete un pecado que causa un daño espiritual —una “mancha” en su nivel del alma—, será necesario que esa chispa vuelva al mundo para reparar dicha mancha. Si el defecto no es tan grave, la chispa puede reencarnar acompañada (Ibur) dentro de otro individuo del mismo nivel, cooperando con él en la rectificación. Pero si el pecado fue tan profundo que impide incluso que el cuerpo original del pecador resurja en la resurrección de los muertos, entonces esa chispa deberá reencarnar sola, sin compañía, en un nuevo cuerpo. - Reencarnación por mitzvá (para completar mandamientos pendientes):
Hay personas que no regresan al mundo por causa de una falta o un pecado, sino simplemente porque les faltó cumplir ciertos mandamientos específicos que su alma necesitaba completar. En este caso, la reencarnación no se produce con otras chispas, sino que la misma chispa del alma regresa una y otra vez, en diferentes cuerpos y generaciones, para terminar de cumplir las 613 mitzvot. Este proceso puede tomar múltiples vidas, y en cada encarnación se completan ciertas partes del total.
¿Qué ocurre en la resurrección de los muertos?
Una de las ideas más sorprendentes de esta enseñanza aparece en relación con la Tejiyat haMetim, la resurrección de los muertos. Cuando una persona ha reencarnado varias veces para completar todas las mitzvot, todos los cuerpos en los que vivió volverán a la vida en la resurrección final. Cada uno de estos cuerpos recibirá su recompensa y su porción correspondiente según las mitzvot que fueron cumplidas mientras el alma estuvo en él.
Esto significa que los distintos cuerpos en los que un alma ha habitado a lo largo de sus vidas no son desechables ni irrelevantes. Cada uno cumple una función, y todos participan del mérito espiritual adquirido por el alma que los habitó.
Conclusión
Esta profunda enseñanza del Shaar haGuilgulim nos ofrece una visión completamente diferente de la vida, el alma y el propósito de nuestra existencia. Nos muestra que:
- Cada persona tiene una misión espiritual única, determinada por su raíz en el alma de Adám haRishón.
- La reencarnación no es un castigo universal, sino un proceso de evolución y reparación.
- La responsabilidad espiritual puede ser colectiva; lo que hacemos afecta a los demás.
- Las mitzvot son herramientas esenciales para la rectificación del alma.
- Incluso los cuerpos físicos que habitamos tienen valor eterno cuando están conectados a la realización del bien.
Comprender esto no solo despierta una conciencia más profunda de nuestras acciones, sino que también refuerza la humildad: nadie puede decir que su camino espiritual es igual al del otro. Todos somos piezas de un rompecabezas sagrado, trabajando juntos —a veces sin saberlo— para restaurar la unidad del alma primordial.
Este estudio está basado en las enseñanzas del Shaar HaGilgulim (La Puerta de las Reencarnaciones), escrito por el Arizal y recopilado por su discípulo Rabi Jaim Vital. Todo este proceso se explica en detalle en las páginas 67 y 68 de la edición en español publicada por Ediciones Reé.
Sumérgete en este viaje espiritual y sigue desentrañando los tesoros ocultos del Shaar HaGuilgulim. ¡Tu alma te lo agradecerá! 🌿📖
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